lunes, 14 de junio de 2010

Triangulo De Amor Bizarro - Año Santo (2010)


Triángulo de Amor Bizarro son una banda atípica. Primer álbum homónimo: discazo; repleto de himnos. Al poco publican El Hombre del Siglo V (2007, Mushroom Pillow) con el sonido original de lo que pudo haber sido su debut encumbrado y repiten éxito. Dos visiones igual de buenas que esperaban una réplica en una segunda entrega inédita.

Año Santo (2010, Mushroom Pillow) es el trabajo que tres años después de su éxito y consiguiente revolución inicial de una escena independiente española necesitada de mala hostia rompe de lleno cualquier baremo o listón puesto por los gallegos. El primero disco está muy bien, tiene un single en cada pista, pero éste segundo es otra cosa: es perfecto.

Crudo, oscuro y asfixiante. 28 minutos donde Triángulo de Amor Bizarro, con sólo dos miembros de la formación original (Rodrigo Caamaño e Isa Cea), logran encontrar el sonido más adecuado a sus canciones gracias a una producción que recae en el sabio Paco Loco que logra una versión personal del sonido Post-Punk de los 80 en temas no aptos para claustrofóbicos, como ‘Muchos Blancos en Todos los Blancos’, donde destacan tres cosas: el buen posicionamiento de la voz de Rodrigo, la magnífica letra y sobre todo, el bajo de Isa. De fondo ya quedarán los hábiles recursos del productor.

Este trabajo es puro bajo. Puro Punk desenfadado a base de muros de sonidos que no ahogan a las voces, sino que más bien las dejan sueltas cuales ánimas vagando por el mundo, ya que los timbres de ambos vocalistas se posicionan en planos que permiten esa separación cuando interesa, en especial en la primera mitad del álbum, mitad más Pop, con un single, ‘De la Monarquía a la Criptocracía’, que es el antisingle si lo comparamos con el resto del metraje. Triángulo de Amor Bizarro firmando su tema más “claro” para después dar paso a ‘Amigos del Género Humano’.

Lo que podía ser una maniobra fallida de Shoegaze típico, con atmósferas ahogadas y voces ocultas bajo los instrumentos, se antepone como un perfecto puzzle donde cada dardo de dos o tres minutos (¿para qué más?) tiene distorsión aportada por las guitarras, potencia y una batería (Rafael Mallo) para sacar músculo. Todo bien unido, incluso cuando se incorporan coros o se le añade eco a la voz de Rodrigo. Ahora se entiende el paso al cuarteto con la también entrada de Óscar Vilariño. Potencia sin descanso. Un arsenal dispuesto para hacerlo estallar.

Llega Rodrigo y canta “Siempre me dejas ejecutando en segundo plano. Ya me está fallando la toma de tierra” y los riffs de las guitarras le dan la réplica perfecta. Frente a su fraseo pausado y apagado vibraciones al rojo vivo, sin evitar incluso algún guiño al Western en las partes instrumentales. Eso sí, es el Western de TAB, un mundo digno de ser analizado.

Lo mismo Isa arranca con el bajo situado en primer lugar llevando el ritmo en ‘El Culto Al Cargo, O Cómo Hacer Llegar El Objeto Maravilloso’ que segundos más tarde se entierra bajo la capa de instrumentos en ‘El Baile de los Caidos’, digna de un entierro religioso macabro, cantando, en principio, a una veinteañera que parece una vieja.

Y es que los gallegos no sólo no se repiten en Año Santo si no que firman un discazo. Difícil de concebir escuchando su debut. La superación ha sido brutal, lejos queda el primer material publicado. Las letras casan solas, sus propias historias, la manera con que las abordan y en especial, cómo lo han conseguido plasmar en el estudio. Tres o diez años más de espera no hubiesen importado para menos de media hora ya que como canta Rodrigo “niña, ten cuidado con lo que te ofrecen” y al final ya tenemos el segundo de TAB.





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