domingo, 13 de febrero de 2011

Sonic Youth - Rather Ripped (2006)

Sonic Youth no pueden comportarse como un grupo normal. Todo en su mundo, toda su producción debe estar ordenado, premeditado, orientado hacia un fin. Sus discos deben ser considerados como algo que forma parte de un todo con un porqué, no considerados como un ente autónomo, independiente. La dichosa palabra. Ya dejaron de ser un grupo “independiente”, ya están en otra dimensión, la de la música contemporánea, más cercanos quizás a Steve Reich que a los Jesús and Mary Chain. Así, este Rather Ripped, editado por Geffen Records podría ser la tercera parte de una trilogía de discos de orientación guitarrera y ambiente más bien reposado, como un Eric Clapton electrocutado, junto a Murray Street (DGC, 2002) y Sonic Nurse (DGC, 2004)

La gran novedad de este disco es que Jim O’Rourke se ha apartado momentáneamente del grupo (demasiados proyectos paralelos). Pero ellos siguen su camino, tampoco hay demasiados cambios. Sigue la estela de los anteriores dos discos “oficiales” o “comerciales” del grupo, pero quizás con un fuerte ambiente de guitarras de los setenta (insistimos, para lo que es Sonic Youth). Así Reena podría ser una canción de los Eagles pasada por el espíritu de aquel fabuloso Sister de hace casi veinte años o podría ser de Peter Frampton o de cualquier otro guitarrista de los setenta un poco pasado de rosca. También recuerda a los Television del Marquee Moon.

En cualquier caso es un disco que suena a rock de la costa oeste, a setentas, hasta a Boston y a Chicago si queremos ponernos así, y también a nueva ola estadounidense, como sucede con Incinerate (ah, hay que decir que en todos estos años las letras de Sonic Youth no han mejorado nada) lejos de la no-wave que ellos adoraban en Nueva York cuando empezaban. Es un disco malicioso, tan cercano del M.O.R como del bubblegum. Kim Fowley, su adorado Kim Fowley estaría encantado. No es hasta la tercera canción, una balada de las suyas cuando aparecen las guitarras que les han hecho únicos, que siguen en Sleepin´Around pero mezcladas con… Aerosmith! .

Jams running free podría estar firmada con Led Zeppelín, pero con un destornillador en lugar de un arco de violín. Rats llega en estado Sonic Youth 100%, de la época de Goo, con un Lee Ranaldo pletórico, inmenso, para pasar después con Turquoise boy al arena rock! gracias a lo grandilocuente de sus guitarras, y Lights Out podría ser una canción de Kevin Ayers en la que hubiese colaborado John Cale o Tom Verlaine (la voz de Thurston Moore recuerda mucho a la de este).

Es al final con Pink Steam o la minúscula (en comparación con otras) Or cuando recuperan su talante más experimental (aunque podríamos decir que esta última tiene un aire a Brian Eno), si es que no es bastante experimental para un grupo como ellos sacar un disco con guitarras (bastante) limpias.

Es un disco pop, retorcido, un intento de descomponer el AOR de los setenta con el que crecieron y que resulta más que aconsejable, desde este punto de vista o desde el de una simple escucha sin puntos de vista, sólo disfrutándolo. No es Evol ni una de las Sonic Youth Recordings, pero es otra cara más de uno de los grupos más importantes de la música rock, pese a que ellos quisieran ser uno de los grupos más importantes de la música contemporánea de vanguardia.

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