jueves, 21 de octubre de 2010

Koop - Koop Islands (2006)





Koop es un dúo sueco (Magnus Zingmark y Oscar Simonsson) de amantes del jazz, del house, del sonido techno de Detroit y del hip hop. Su música es jazz electrónico, un jazz pop muy accesible, easy listening de calidad, muy agradable, apto para oídos profanos en el mundo del jazz electrónico. Su principal inspiración proviene del jazz, especialmente en el caso de Oscar Simonsson, influenciado por la música de John Coltrane, y por el hip-hop (caso de Magnus Zingmark). El resultado es una música jazz, apoyada por la electrónica (ellos dicen que no hacen electrónica con un toque de jazz, sino música jazz con un envoltorio electrónico), cercana a la sonoridad del jazz clásico, pero con elementos modernos. Algo así como un jazz retro-futurista. Sin duda, uno de los grupos más importantes del nuevo jazz, de los que deben figurar en la videoteca de todo buen aficionado: absolutamente imprescindibles.

Los suecos se conocieron en Upsala, en la universidad. A ambos les resultó poco interesante el órgano Hammond, por lo que, una vez instalados en Estocolmo, decidieron unir sus fuerzas para hacer, junto a una serie de colaboradores, una música que le devolviera al jazz sueco el esplendor que había perdido en los últimos años. Debutaron en 1997, con el lanzamiento de Sons Of Koop, que inmediatamente les situó en el mercado internacional, sorprendiendo agradablemente a la crítica y a los primeros seguidores del Acid jazz. Este trabajo reúne las características de la música posterior de Koop, con temas de corta duración que dan lugar a un álbum corto. Esto se debe a que el dúo sueco no está a favor del estándar de los larga duraciones de 70 minutos, por lo que prefiere entregar trabajos de menor duración pero con mayor calidad: más intensos (como en los LPs clásicos). Cuatro años más tarde salió a la venta Waltz For Koop, su segundo álbum, con el que perfeccionaron su jazz electrónico de corte clásico. Un trabajo considerado, por el gurú de la radio inglesa, Gilles Peterson, como el mejor álbum del 2001. La sonoridad está más próxima del jazz que su anterior trabajo, más cercano a la estructura pop. En cualquier caso, es uno de los grandes álbunes de nu-jazz, de los que hay que conocer. En el 2003 llegaba a las estanterías de las tiendas Waltz For Koop. Alternative Takes, con versiones de los temas de Waltz For Koop, a cargo de artistas y grupos como Nicola Conte (que entrega un remix de Tonight a la altura del original), Dorfmeister vs. Madrid De Los Austrias, 2 banks of 4, Carlito, Markus Enochson o D’Malicious. No es el álbum ideal para descubrir al dúo sueco, pero sí puede ser interesante para los que ya conozcan los anteriores trabajos de Koop y no puedan esperar al siguiente álbum, además de ser uno de los mejores recopilatorios de remezclas. Es interesante independientemente de si disfrutaste o no con Waltz For Koop. Su esperadísimo tercer álbum de estudio, Koop Islands, llega el 2 de Octubre del 2006, de la mano de Compost Records y Studio !K7

Creo que lo más justo es empezar aclarando que difícilmente este tercer álbum de Koop puede dejar completamente satisfecho a los seguidores del dúo sueco. Koop islands es uno de esos disco-fenómeno que generan tantas expectativas antes de su edición que casi lo de menos es la música. La historia es esta: en el 2001, Magnus Zingmark y Oscar Simonsson editan su segundo trabajo, Waltz for Koop, una obra perfecta, en la que todo encaja, una de las cumbres del nu-jazz que, además, cautiva al mundo, vendiendo casi 200.000 copias. Rápidamente se convierte en uno de los referentes de la escena nu-jazz, junto a Tourist, de St. Germain y Jet Sounds, de Nicola Conte, un clásico imprescindible para conocer ese nuevo estilo que por entonces estaba irrumpiendo con fuerza. Koop es elevado a la categoría de mito, y prácticamente no hay un disco de nu-jazz que no se compare con Waltz For Koop, ni tampoco hay casi ninguna compilación del estilo que no incluya uno o más temas del álbum. En defintiva, se puede habar de un antes y un después del segundo trabajo del dúo sueco. Podéis imaginar, por tanto, la importancia que tiene que Koop tenga una novedad en el mercado, teniendo en cuenta lo necesitado que está el nu-jazz de referentes (no me refiero a artísticos, porque propuestas de enorme calidad surgen cada año, sino comerciales), de los que contribuyen a popularizar la escena. Por eso, la salida de Koop islands, cinco años después de su anterior disco (por mucho que en el 2003 Compost Records editara el recopilatorio de remixes Waltz for Koop. Alternative takes), ha sido recibida como uno de los eventos del año, como ese álbum que todo el mundo quiere escuchar para ver si está a la altura de su ilustre predecesor. El de Koop es uno de esos retornos tan sonados que generan fenómenos tan curiosos como que casi todos sus seguidores tengan ya una opinión del álbum antes incluso de haberlo escuchado, simplemente basándose en la intuición, en los comentarios leídos o en los samples que circulan por Internet. De Koop islands parece que ya esté todo dicho antes de su edición, porque, en efecto, casi lo de menos es la música: lo importante es que el dúo sueco sigue en activo, y si ha habido un tercero, probablemente haya un cuarto, y un quinto...

En cualquier caso, aquí, analizado ya el “fenómeno Koop”, me voy a limitar a comentar los aspectos estrictamente artísticos de Koop islands, y en este sentido, debo decir, apenado, que decepciona y que (es irremediable la comparación) no tiene el brillo ni la carga innovadora de Waltz For Koop. Este nuevo disco es digno, es un buen álbum de nu-jazz, tan agradable de escuchar como el anterior, tan bien producido, pero mucho menos atractivo, sin el mismo magnetismo y poder ignótico. No hay aquí ningún Summer sun (aunque uno parecido: I see a different you) que te deje sonriente durante una semana, ni un nuevo Tonight con el que soñar despierto, sólo piezas easy listening que, lamentablemente, funcionan mejor como música de ambiente que para ser escuchadas activamente. Esta vez han cambiado el jazz de los 60 por el de los 20-30, volviendo a la era del Swing, recuperando el espíritu de las big bands de la época dorada, las de Duke Ellington y, sobre todo, Benny Goodman (el rey del Swing). Este último, por ejemplo, es una innegable influencia: el inicio de batería de Forces... darling está fotocopiado del clásico Sing sing sing, lo mismo que el solo de oboe que suena hacia la mitad. Sim embargo, poco importa que vayan más atrás en el tiempo, porque el sonido es muy similar, demasiado similar, al que ya conocíamos. Si aún así Koop islands es un buen álbum es porque algo tan parecido a una música que tan felices nos ha hecho, que tangos buenos momentos nos ha deparado, por fuerza tiene que seguir conmoviéndonos. Además, los vocalistas están todos magníficos, con la deliciosa Yukimi Nagano (yo sigo pensando que es la voz perfecta para Koop), el siempre bienvenido Earl Zinger, o los menos conocidos Ane Brun y Mikael Sundin.





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